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Viva-raphael

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Viva-raphael Еще о Пако Гордильо, менеджере Рафаэля - 3


Хосе Мария Фуэртес продолжает рассказывать

испанский певец Рафаэль Мартос Санчес

Пако Гордильо сдержал свое слово, и мы увиделись в Мадриде. Я обратился к нему с просьбой, я его пригласил, и было вполне логично, чтобы в ответ на его любезность  и внимание ко мне я также попросил его сделать мне одолжение и выбрать место, где ему будет приятно пообедать. Поэтому наша встреча состоялась в ресторане la Albufera на Пасео де ла Кастельяна, в одном из любимых ресторанов  Гордильо.

Но он пришел не один. Несколько дней назад он спросил меня по телефону, не сочту ли я неуместным, если его будет сопровождать его жена, Соледад Хара. И я был в восторге, это ясно! До этого обеда Гордильо еще не понимал, до каких пределов простираются мои знания о планете рафаэлизма.

Он думал, что для меня его жена была просто словом для обозначения того, что мы обычно понимаем под этим: супруга некоего субъекта. Он не мог представить, что с детства внимательно следуя за шагами Рафаэля, я одновременно смотрел на все и всех, кто вращался вокруг него.

Фотография: PACO GORDILLO  (tercera parte)Paco Gordillo cumplió con su palabra y nos vimos en Madrid. Yo se lo pedí, yo le convoqué y fue lógico que en correspondencia a su amabilidad y consideración conmigo,  también yo le solicitara que me hiciera el favor de escoger el lugar que le agradara para almorzar. Por eso nuestro encuentro se celebró en el Restaurante la Albufera, del Paseo de la Castellana, uno de los
favoritos de Gordillo.Pero no acudió solo. Unos días antes me había preguntado por teléfono si yo no tenía inconveniente en que nos acompañara su mujer, Soledad Jara. ¡Y yo encantado, claro! Gordillo, antes del almuerzo, aún no se había percatado hasta dónde llegaba mi conocimiento del planeta raphaelista. Se pensó que para mí su mujer era la mera noción de lo que solemos entender por eso: la esposa de un individuo. No podía calcularse
que habiendo seguido tanto, y desde que yo era pequeño,  los pasos de Raphael, simultáneamente había mirado hacia todo y todos los que se movían a su alrededor. Por eso sabía quién era Soledad Jara, a la que rememoré en las portadas de las revistas de los sesenta vestida de novia del brazo de su flamante y famosísimo padrino de boda, ¡Raphael!, entrando en el templo, bellísima,  para casarse con Gordillo. ¡Qué sensación más extraña
tuve al saber que también vendría Soledad! Hacía ya unos cuantos años en los que todo me empezaba a sonar como un conjuro mágico que acercara hasta mi vida corriente cantidades y cantidades de papel couché, convirtiendo en reales a sus personajes, hablar con ellos, comer con ellos, ser su amigo, e incluso confidente.Debo dar cuenta de una circunstancia nada gratuita y necesaria en este viaje a Madrid, y es que coincidió con que Raphael estaba representando en la capital
Jekyll & Hyde, el musical. Por eso cogí el AVE dos o tres días antes de la cita con Gordillo y me alojé en casa de mi compadre, el actor y humorista Miguel Caiceo, que tenía su piso en la calle Humilladero (otra casualidad extraña, la calle donde Raphael trabajó de sastre), al lado de La Latina. Quise ver lo de Jekyll & Hyde.Al respecto debo ser muy sincero, pero me va a venir muy bien en descarga de quienes piensan y me acusan de que cuando escribo sobre Raphael lo
hago con pasión. Están completamente equivocados. Lo hago con admiración. Sencillamente porque Raphael la merece. Yo de subjetivo tengo bien poco, lo normal; pero apasionamientos de ciego, ni hablar. Siempre, desde chico, me ha gustado lo bueno, los platos fuertes del mundo del espectáculo: Sinatra, Elvis, Beatles, Serrat, Lola Flores, Manolo Caracol, Juana Reina, Rocío Jurado, Pavarotti, Plácido Domingo… Así que no me vengan con lo de la pasión por Raphael, que
yo de artistas entiendo tela, los veo venir a leguas, y Raphael es divisable en tierra hasta yendo en avión. ¡Qué casualidad que me diera desde pequeño por lo que después ha durado, de momento, más de cincuenta años en primera línea! ¡Qué casualidad que no me dio a mí por Los Pecos, por poner un ejemplo y con todos mis respetos!Pero tengo, si quieren llamarlo así, un defecto con Raphael: y es que me gusta en plan clásico; no inamovible, no sin
progresar, no sin evolución… pero clásico, lo que él ha sido siempre. Y de ahí que aquello de Jekyll & Hyde me produjera rechazo. Lo vi, por supuesto. Después de tantos conciertos de Raphael en mi vida, no iba a perderme un modo excepcional de estar en escena. Y además, la mejor manera de saber que algo no te va, es conocerlo. No me iba y no me iba aquello, y que no, por más que me predispuse en intenciones y buen ánimo. Salí de aquel teatro con la
extraña sensación de perder suelo firme, de no ubicarme, de estar perdido en unos tiempos donde no ya sólo Raphael, sino muchas cosas, me estaban resultando irreconocibles.Sé que esto que escribo no es justo con un hombre que padeció insomnio y tensiones hasta lo indecible durante meses, consultando con la almohada y con todos los que hicieran falta la decisión última de interpretar o no este papel. Un hombre que se dejó finalmente el alma, como siempre, en escena.
Para ser más exacto, se dejó el alma y gran parte de su vida, que por aquellos días  -sin saberlo nadie-  se le estaba escapando a borbotones por la secreta herida del hígado que necesitó un trasplante. Pero si no es justo, nada justo,  es al menos sincero y, ¡cuidado!, que en esa sinceridad va también mi admiración inquebrantable por Raphael y, con los años y nuestro trato, el gran aprecio que le tengo. A lo mejor fue eso lo que no me cuadraba, a lo mejor fue
que yo barruntaba que algo estaba pasando. No pertenezco a la inteligencia, pero sí a la intuición, una enorme intuición con antenas como una parabólica. Y desde hacía mucho tiempo, algunos años ya, había cosas que no me estaban encajando en Raphael, con lo que Raphael había sido. Y ahí estaba el problema: que estaba dejando de serlo, al menos en la altísima idea que yo tengo sobre él.La cosa venía de hacía unos años antes. Había
asistido, con amigos a los que recomendé no perdérselo, a verlo en un concierto que dio en el pueblo sevillano de Coria del Río. No lo voy a contar, porque pasado está. Pero no daba crédito a lo que presencié. Mi tristeza y decepción fueron grandes. Desde luego, como en los toros, que una mala tarde la tiene cualquiera.Después, en otros conciertos, ya en Sevilla capital, me descoloqué con Raphael echándole guindas al pavo, montado en la jaca o apoyao en el
quicio. O aquello de Joselito en Maldito Raphael. Más tarde, Bunbury y sus canciones incomprensibles, por mucho que se dijeran más alto, pero sin saber más claro. El colmo de mi desorientación llegó en un especial de Nochebuena cuando me encontré que uno de sus villancicos del extended play de “El tamborilero”, “Campanas de plata”, del maestro Gordillo, una de las señas más conmovedoras de mis navidades infantiles escuchando en familia a
Raphael, quedaba a la altura de una parodia junto a Lina Morgan, con burro y todo, pero haciendo trizas la ternura del muchacho que la cantó al comienzo de su carrera.Algo estaba pasando, como si el propio Raphael hubiera olvidado quién era.Gordillo sabía que yo iba a verle en Jekyll & Hyde el día anterior a nuestro almuerzo. Y también sabía mi parecer de antemano. Así que en cuanto nos sentamos a la mesa, una de las más céntricas del restaurante, con su
esposa, la cantante Soledad Jara, casi lo primero que me preguntó fue mi opinión por el musical:-Paco, yo no acabo de ver la necesidad de esto. Yo creo, modestamente, que para saber que Raphael es un gran intérprete he tenido bastante con cualquiera de sus canciones. Y Gordillo me confesó:-A mí me llamó antes de estrenar y me dijo: “Paco, tengo miedo”.En mi opinión es que una de las diferencias fundamentales que sitúan a Raphael a gran distancia de tantos
cantantes, es precisamente su capacidad interpretativa, su veracidad al entrar en las historias que canta. Lo diré muy gráfico. Tú le das “En carne viva” a otro cantante, y te vas a por vendas y agua oxigenada para calmarlo. Pero es Raphael el que te dice que no le hables de ella aún, que todavía es muy pronto y la sueña, que todavía su amor lo recuerda… Es Raphael quien te pide el favor de que ni siquiera pronuncies su nombre, que aún su alma
está hecha jirones… El que dice que nada le interesa, que todo ya es tristeza, que podría morir, que está sin vida… Es Raphael el que te confía que tiene el corazón en carne viva, y sientes esa desazón tal que parece que echaras a correr pidiendo auxilio, buscando socorro para un amigo, tocando a urgencia, temiendo que no llegue a tiempo…José María Fuertes

Поэтому я знал, кто такая Соледад Хара, которую я помнил по обложкам журналов 60-х годов, где она, красивая, в свадебном платье, под руку со своим блистательным, самым известным посаженным отцом, Рафаэлем, входила в храм, чтобы обвенчаться с Гордильо. Какое необычное чувство возникло у меня, когда я узнал, что Соледад также придет туда!

Далее >>> Paco Gordillo (Parte III). 2014


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