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Viva-raphael Хосе Мария Фуэртес о Рафаэле


Популярный журналист продолжает размышлять об участии артиста в фестивале Sonorama

Испанский певец Рафаэль Мартос Санчес биография

Из всего прочитанного я понял, что фестиваль Sonorama, который каждый год проходит в Аранда де Дуэро, в основном предлагает публике концерты групп, которые называют себя «indies» - похоже, этот термин образован от слова «independencia» - независимость. Может быть, поэтому Рафаэль понял, что имел все основания находиться там, и чувствовал себя как рыба в воде, способным выжить в априори странной по своей природе экосистеме, являющейся вызовом его существованию.

Хотя вначале включение певца в афишу Sonorama производило впечатление, что это насильственное внедрение,  еще один из этих крутых поворотов руля, которые Рафаэлю нравится устраивать своей карьере, заставляя тебя опасаться, что во время одного из них он сорвет резьбу,  но, сколько бы заранее не шумели, что артист - самозванец, усыновленный семьей с чужой кровью, получилось, что у Рафаэля не с кем так не сложились отношения, как с  indie, с независимостью.

Фотография: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Por lo leído, el festival Sonorama que anualmente se celebra en Aranda de Duero ofrece fundamentalmente conciertos de grupos que se denominan indies, término que al parecer  viene de independencia. Quizás por eso Raphael se sentía allí plenamente justificado, como pez en el agua, capaz de resistir en un ecosistema de naturaleza a priori extraña, todo un reto de subsistencia. Por mucho que al principio incluir al cantante en Sonorama diera la impresión de un  encaje
forzado, una de esas vueltas de tuerca más que a Raphael le gusta dar a su carrera y te hacen temer que en una de estas se pase de rosca, por mucho que de antemano el artista sonara como el intruso adoptado por una familia de distinta sangre, ha resultado que con nada se lleva mejor Raphael que con lo de inde, con la independencia.

 Cuidado que hasta Raphael lo decía:

-No ha habido nadie más independiente que yo, que siempre he hecho en mi vida lo que me ha dado la gana.

Bueno, tampoco es eso cierto por completo. Nadie hace del todo ni en nada lo que le da la gana. Y si no, que recuerde a título de ejemplo imposiciones lamentables como grabar la canción “Quiero una amante”, que jamás ha soportado Natalia Figueroa. O el callejón sin salida de su pleito con Hispavox, cuya solución arbitró el propio artista. Pero sí es verdad que su declaración corresponde a un estado emocional del conjunto de una carrera en la que lo
sucedido episódicamente en contra de su voluntad han sido agujas en un pajar. 

Hay que reconocerle que la independencia, tan de la mano de las duras decisiones en soledad, ha marcado las líneas maestras de su éxito con elecciones tan decisivas como la ph de su nombre, el primer concierto en La Zarzuela o cantar “El tamborilero”. Ese éxito de Raphael ha gravitado innumerables veces en nadar contra corriente, como en tantos casos de aciertos humanos; ha consistido en recorrer un camino de manera invariable, manteniendo firme una dirección preconcebida,
diría que perfectamente planeada,  a pesar de que a derecha y a izquierda unos y otros te marquen lo que tienes que hacer y hasta perseguir desviarte cuando nadie tiene las ideas tan claras como tú. Eso se llama seguridad. Y ya no es que debamos a la seguridad humana un cantante, un artista excepcional. Es que si no llega a ser porque hay gente así, Colón se queda sin descubrir América y, por ende, Raphael sin cruzar el charco con Gordillo. Por cierto y ya que lo nombro,
también tuvo que ver, y mucho, en todo esto su mánager por excelencia. Un día, almorzando con Paco y su esposa, Soledad Jara, este me dijo:

-Es que Raphael tenía mucha confianza en lo que yo le aconsejaba, se fiaba de mí.

La independencia es una de las guerras más largas que ha de sostener un artista. Vamos, la guerra de los cien años. Eso no se acaba nunca. Y empieza a librarla, antes de salir a la calle, ya en su propia casa, junto y frente a los suyos. Tú dices en esta vida que quieres ser arquitecto y todo el mundo te manda a la Universidad. Pero tú dices que quieres ser cantante…  y entonces la cosa cambia: como por arte de magia tus padres, tus hermanos o amigos se creen con derecho a opinar y
a dar consejos como si de la noche a la mañana se hubieran convertido en mánagers, productores discográficos o profesionales varios del mundo del espectáculo. Cada uno te dice cómo tienes que vestirte, llevar el corte del pelo, peinarte, hablar, hacerte las fotos, elegir las canciones… Una locura imposible de afrontar para alguien que no tenga personalidad, sobre todo cuando después del acoso del ambiente más íntimo, el asedio de directrices continúe por el
representante artístico, la compañía discográfica, sus asesores de imagen, el productor, el arreglista, el jefe de marketing y, como uno se descuide, hasta el portero del edificio. 

La música es un negocio arriesgado que hace legítimo el derecho de toda esa gente a opinar donde se la juega con su dinero y su tiempo. Pero también es verdad que en medio de todos, el artista es el primero que debe tener más claro que nadie lo que quiere. Raphael lo tuvo siempre. No ha debido ser nada fácil el trayecto de más de cincuenta años marcando tozudamente el paso por una línea inmodificable, con la convicción profunda de que se podría haber hecho
mejor o hasta de otra forma, pero no más sincero y auténtico en la entrega, se hubiera podido abandonar un estilo tan propio como discutido en momentos muy difíciles y delicados fomentados por sus detractores. Pero de la rendición de una mente débil y con pudores, habría salido un Raphael light y descafeinado que habría terminado por clonarse como tantos y no destacarse con su sello irrepetible. Tener personalidad siempre acaba siendo una hazaña entre envidiosos y
mediocres. Por suerte, Raphael ha sido incorregible hasta evolucionando. Y ha llevado a cabo un dilatado ejercicio de paciencia con las críticas más adversas a sus ademanes y sus afectaciones. Ha demostrado estar protegido por un fuerte y eficaz blindaje mental ante los atentados cometidos contra su pedestal, tan duramente levantado.

Su concierto en Sonorama marca según muchos un antes y un después en la carrera de Raphael, pero también entiendo que no ha sido más que contemplar de nuevo el rasgo esperable de su valentía artística, esa que, en un mundo hecho a ceder y resignarse, le ha hecho ganar desde siempre la guerra de la independencia.

José María Fuertes

Обратите внимание, что об этом говорил даже Рафаэль:

- Не было никого более независимого, чем я, потому что я всегда в своей жизни делал то, что мне хотелось.

Далее >>> La guerra de la independencia. 2014


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